17 febrero 2009

A sangre y fe


A Israel como estado no lo rige una constitución, y eso a mi juicio no tiene nada de especial, es un hecho que cada país es soberano para administrarse a sí mismo como bien le parezca o mejor dicho como le parezca mejor a su pueblo. Lo interesante de este asunto es que cuando se ha tratado de crear una, los sectores ortodoxos religiosos de ese país no lo han permitido; en razón a que sus leyes, las que acatan sus ciudadanos, están estrechamente vinculadas con la religión judía.
En otros lugares del mundo no sucede de esta forma, y se conocen como estados laicos, esto con el fin de que el estado garantice la libertad de conciencia, el pluralismo del pensamiento y el derecho que tiene cada quien a tomar el rumbo que mejor le venga o escribir el destino suyo y el de su descendencia como desee.
Las religiones a mi juicio han hecho a lo largo de la historia del hombre, mucho más mal que bien, sin embargo es indiscutible el derecho que debe tener todo ser humano de profesar la religión que en su corazón sienta que es la respuesta, sin que ello acarree por sí mismo una exclusión incluso de su misma parentela o etnia.
Lo malo de una religión, según como yo lo veo, sucede cuando esta se convierte en un todo para el hombre, tanto que llega a desconocer todo derecho fundamental que tiene otro de su misma especie. Y si a eso le agregamos que esta religión esta fusionada con las leyes que rigen un estado cualquiera; pues nos da como resultado una nación que considera justo, legal y dogmatico su proceder en contra de otra nación soberana y con el mismo derecho a existir.
Israel desconoce hoy por hoy ese derecho a existir que tiene por justicia, historia y soberanía la nación de Palestina, basándose en un dogma de fe judaica, que dice que Israel es el pueblo elegido de Dios y la tierra que hoy “comparte” con los palestinos es su tierra prometida.
Sea cual fuere la razón por la cual Israel invade Gaza para masacrar impunemente a sus habitantes no debería tener un trasfondo religioso, porque me parece vil, y degradante; ya que no comprendo cómo una religión que se supone es la base de adoración y culto a un Dios, pueda servir de pretexto para tan nefasta exterminación del ser humano.
Si el hombre no tuviese estas ataduras religiosas y pudiese decidir que quiere compartir su pedazo de tierra con otro aunque no lleve su misma sangre, el mundo entero y en especial el medio oriente seria en verdad una tierra que fluye leche y miel.

PD: A continuación despliego la primera parte de un video del periodista Jon Sistiaga, acerca de Gaza, el cual me ha parecido muy objetivo; aquellos que lo deseen pueden visualizar el resto en YouTube.







Lo mismo que hacemos todas las noches Pinky, tratar de conquistar al mundo .




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